domingo, 27 de abril de 2014

Día 6

Ésta noche reduciría todo el universo a polvo de hadas, para que nos haga de manta mientras nos abrazamos en nuestra pequeña madriguera.


No cesaría de mirarte, por miedo a que al cerrar los ojos, te esfumes. Eres mi sueño despierta, y si duermo, puedes irte y no volver a la mañana siguiente.

Soy como esa niña pequeña que, a pesar de que tenga que levantarse para ir al cole, quiere soñar un poco más.


Aunque sepa que he de dormir, y que seguirás a mi lado, no quiero dejar de soñarte en vela, no quiero entrelazar mis pestañas y perderme un sólo segundo de un nosotros.


Te abrazaría fuerte, para que notes que todo es tan real como un día imaginamos. Y que, así como hasta aquí hemos llegado y sobrevivido, todos los sueños que tenemos, todos los "y si...", todos los "¿te imaginas...?" , llegarán, y nos cogerán por sorpresa intuyo, después de tanto tiempo esperándolos, pero, como siempre, de la mano, sin soltarnos ni dejarnos caer. Juntos.



Te daría uno de esos besos tan largos y cálidos, mientras te toco la espalda y acaricio tu mejilla, con esa barba de unos días que te dejas que tanto me gusta.


Lo haría todo con una lentitud parsimoniosa, para que disfrutemos cada segundo de tranquilidad, para que olvidemos las prisas que últimamente no nos dejan.


Sería yo quien te durmiese, abrazándote y poniéndote nuestra banda sonora, mientras te toco el pelo, y te digo todas las cosas que no puedo ahora sino escribirte. No callaría un sólo instante, aunque empiece a escuchar tu respiración pausada, pues tengo mucho que contarte...


Que eres mi pequeño. Que eres mi mejor amigo. Que te adoro a pesar de todas las diferencias. Que no me imagino un día sin tus "hola bonita". Que siempre te cuidaré y protegeré, y nadie te volverá a hacer daño, ni siquiera yo. Qué sé que tú harás lo mismo por mí, pues ya lo haces. Que te extraño siempre que no puedo tener tu mirada posada en mí. Que no voy a huir, pues es lo que he hecho toda mi vida, y lo que tú me has enseñado a no hacer.


Me has enseñado a quedarme, a permanecer, a luchar  como una Leona por aquello que merece la pena, y a aprender. Me has enseñado a aprender qué es lo importante en mi vida, y por qué y quién vale la pena estar.



A curarme, a lamerme las heridas hasta que cicatricen, a darme tiempo y a no rendirme, porque ya sabes que R no se rinde, R lucha.



Sé que cuando llegue nuestro momento, sonreiremos, y sabremos que ya nada nos puede tocar, pues habremos superado todo lo que nos podía rozar, y ya ni el viento se atreverá a tocarnos.



Cuando no pudiese más, y el cansancio me venciese, te daría besos en esa cara tan bonita que tienes, y te agarraría con más fuerza aún, apretando tus manos entre las mías, trayéndote muy cerca. Y sólo entonces cerraría los ojos, susurrándote, como cada noche, "buenas noches, precioso" .





No será ahora cuando todo eso suceda, pero llegará. Es hermoso tener esa certeza.





Me conformo con dártelas desde éste rincón, Fortachón.


No me olvido de tú, alberchigón.

Tu Mitrómpida :)


















No hay comentarios:

Publicar un comentario