jueves, 24 de abril de 2014

Día 3.

Hoy no es mi mejor día.

Has aprendido a lidiar conmigo cuando tengo estos Días Rojos (y ambos sabemos que no hablo de nada que tenga que ver con cosas de mujeres).


A dejarme mi espacio, pero dando muestras de aquí estás. A presionarme lo justo para que me sacuda y vuelva a levantarme y caminar.


Sabes que se me pasará, que volveré a ser yo; me das todo el tiempo del mundo, con mimo, y con paciencia, esa paciencia que tenemos el uno para el otro y que parece inagotable. Esa paciencia que luego nos da los frutos más dulces que ninguno podemos desear: abrazos, besos, cariños, y un futuro.


Sabes que te extraño mucho, que me haces falta. No dejo de repetírtelo, pero es que, pequeño, es difícil tocar el cielo con la punta de los dedos y luego no sentir mono.



Un día más cerca de lo que ha de ser.


Te tero precioso. 







No hay comentarios:

Publicar un comentario